Desde el domingo, los once cachorros viven en su nuevo canil, lo construimos especialmente para ellos, dentro del cual tienen su propia casa donde su madre, Kûyen, los visita de vez en cuando para alimentarlos. Allí están más amplios y no pueden escaparse. Si, aunque parezca raro, estos perritos crecen y engordan rápido, no olvidar que nacen chiquitos pero tienen que alcanzar su talla que es grandota.
Desde ayer están comiendo papilla, por supuesto que se la tragan toda, les encantó, así la tarea a su madre le resulta mas liviana, porque debe ser agotador alimentar a once ansiosos Kuvasz...verdad?.
Hemos recibido varios llamados de personas interesadas en nuestros perritos, algunos ya conocen la raza y otros se quedan muy admirados por su belleza y características que los hacen muy requeridos. No se como nos vamos a sentir cuando los entreguemos a sus nuevos amos, seguro que nos dará mucha pena porque hemos tomado muy en serio esto de criar tantos hijos-perros. Igual nos queda tiempo para regalonearlos porque deben permanecer en Curantú como mínimo hasta que cumplan dos meses de vida.
Les cuento como se llaman, ya saben que sus nombres son en mapudungún entonces les daremos la traducción, recuerden que deben comenzar con A y sus nuevos amos los podrán rebautizar si no les gusta, pero ante el Kennel Club de Chile quedarán registrados como nosotros los llamamos:
Alka=macho; Ayun=amor; Alûn=ser-grande; Antû=sol; Apon=lleno; Awka=rebelde; Anûmka=vegetal; Ange=rostro; Ailla= nueve; Akûn=llegar; Ayin=enamorado/a.